Café Black es una empresa familiar, comprometida con los amantes del café de Tucumán. Se dedican a importar los mejores granos de latinoamérica, que luego pasan por su tostadero y se comercializa fresco, para que no pierda su aroma ni su calidad.

El tostadero, que funciona en Villa Luján, trabaja con café crudo que proviene de Brasil, Colombia y Bolivia, entre otros lugares. Allí se lo tuesta y se lo fracciona, para luego venderlo a bares, confiterías, hoteles y también a hogares particulares. “La gente en Tucumán toma mucho café, por suerte se está haciendo un buen paladar cafetero”, observa Nicolás Aguirre, propietario de la empresa.

Una de las grandes ventajas que tiene Café Black es que comercializa el café fresco. “Lo tostamos a la mañana y el cliente lo está tomando a la tarde. No es como otros cafés que tardan entre 30 y 45 días en llegar a la mesa, hasta que los embolsan y pasan por la distribuidora. Nosotros tenemos el café fresco, ese que cuando lo abrís tiene todo el aroma”, comenta.

Café Black también ofrece el servicio de máquinas a comodato e incluso cuentan con un servicio técnico propio, lo que garantiza rápidas soluciones ante cualquier inconveniente.

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